Cal Vives es una casa de vacaciones ubicada en la zona residencial de Canyelles, una localidad de la provincia de Barcelona. Este alojamiento tiene capacidad para 6-8 personas, pero hay que tener en cuenta que sus responsables admiten familias con niños y grupos de adultos mayores de 25 años.
La casa se distribuye en los
... siguientes espacios:
• salón-comedor con chimenea y dos sofás cama, con salida a terraza
• 2 dormitorios de matrimonio con cama de 150x200
• 2 dormitorios individuales con cama de 90x200
• cocina completamente equipada con electrodomésticos y menaje
• cuarto de baño
La casa dispone de calefacción a gasóleo en toda la casa y acceso a internet, y sus propietarios aceptan la estancia de mascotas.
El exterior es uno de los grandes atractivos de esta casa rural, que se encuentra en una espectacular finca de 1400 m². Dispone de un cuidado jardín que permite disfrutar del aire libre y de su bello entorno natural, con muebles de jardín, terrazas cubiertas y una pista de tenis privada.
Aquí, se encuentra una zona de barbacoa para que los huéspedes puedan preparar platos a la brasa. También hay una piscina iluminada con chorros de masaje cervical y una pista de tenis privada y también con luz. Igualmente, cuenta con aparcamiento.
Cal Vives se encuentra en un enclave único, entre el mar y la montaña. El pueblo de Canyelles forma parte de la comarca del Garraf y se sitúa junto a la del Alt Penedés y al Parc Natural del Garraf, al pie del Parque de Olèrdola.
Esta ubicación privilegiada permite realizar numerosas actividades, como senderismo, rutas en bicicleta y a caballo, escalada y recogida de setas.
A tan solo 6 kilómetros de la casa se encuentran las playas de Sitges y Vilanova i la Geltrú, dos de las más emblemáticas de la costa central catalana. Merece la pena aprovechar la estancia en la casa para disfrutar del Mediterráneo.
Igualmente, no podemos olvidar la cercanía de la zona vinícola del Penedés, donde se encuentran diversas bodegas que elaboran vinos de excelente calidad. No podemos irnos de aquí sin dedicar, al menos, una jornada al enoturismo.
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