Tras mucho tiempo dedicado al trabajo o a los quehaceres diarios, no hay nada más merecido que unas vacaciones bien acompañado en un lugar tranquilo que permita recuperar fuerzas y sentir esa sensación de paz que hace tanto que no se siente.
La apretada agenda dejará seguro algún hueco para hacer un pequeño viaje y descubrir
... los maravillosos rincones que se esconden en la provincia de Huesca, a los pies de los Pirineos, en una casa que esconde tranquilas y apacibles estancias rodeadas de historia y tradición en sus muros.
Esta original oferta de alojamiento se encuentra en el pueblo de Sangarrén, un enclave que conserva sus características rústicas tras el paso de los años, y que se encuentra en un lugar privilegiado al que no será complicado llegar desde ciudades como Zaragoza, Huesca o Barcelona, al estar perfectamente comunicado con la red viaria.
La casa impresionará al recién llegado por el excelente trabajo de conservación de sus dependencias, en las que no han dejado de usarse los materiales nobles, creando espacios llenos de magia en los que se encontrarán las más confortables instalaciones. Sus detalles se explican a continuación:
• 6 Habitaciones dobles
• Baño completo con hidromasaje en las habitaciones
• TV, aire acondicionado y mini bar en las habitaciones
• Amplio espacio exterior amueblado con inspiración medieval
• Parking privado
Su excelente equipamiento no está reñido con el aspecto clásico que se le ha dado a las estancias, en las que se apreciará una sensación de haber viajado en el tiempo, como si hubiéramos regresado a épocas medievales pero con las comodidades de hoy en día. Todo ello hará que se cree una sensación de exclusividad difícilmente igualable por otros establecimientos.
Además, el visitante podrá tener la ocasión de conocer diferentes lugares que seguro serán de su agrado, como la animada ciudad de Huesca, situada a poca distancia de la casa, los paisajes pirenaicos y parques naturales como el de la Sierra y Cañones de Guara, o los numerosos pueblos de la zona, en los que conocer de primera mano las tradiciones del lugar.
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